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Martes veintiuno de enero, pleno estreno de año, estrenando también una sonrisa única, un corazón ilusionado, inquieto y con muchos motivos para aprender y conocer: ser más, crecer como personas.
En el aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez se hallaba, bajo la sospecha del amanecer y el incipiente rocío de la mañana, un regio avión cual sería el encargado de llevarnos surcando el cielo europeo a Bruselas, destino de nuestra aventura.
El vuelo bien, buenos vientos y toma de tierra. Encontramos una mañana brumosa en Bruselas, pero llegando a Gante cielo despejado, algo poco habitual en una ciudad donde la lluvia es protagonista doscientos cincuenta días al año.
El día estuvo lleno de visitas culturales. Nos encontramos con la historia, la arquitectura, el arte y por supuesto, con un ambiente inmejorable, entrañable. El frío belga contrastaba con la calidez de nuestro clima cultural y nos presidía un sol espléndido. Conocimos la Torre del Campanario de Belfort de Gante, la Catedral de Bavon, la Iglesia de San Nicolás, la Iglesia de San Miguel, el Puente de San Miguel, los Muelles de Graslei y Korenlei y el Castillo de Gravensteen. Aprendimos, disfrutamos, comimos bien y lo pasamos mejor.
En nuestra segunda jornada, tuvimos una cita muy especial: conocimos la sede de Bruselas del Parlamento de la Unión Europea, órgano central desde el que se examinan y se adoptan las decisiones legislativas de la Unión. Pudimos entrar en el hemiciclo y sentarnos allí donde ocupan sus escaños los diputados parlamentarios europeos (en España tenemos cincuenta y cuatro) y disfrutamos de la visita guiada, aprendiendo más sobre el funcionamiento e historia del Parlamento y de Europa. Llegada la tarde, paseamos a fondo por la ciudad y también conocimos el Palacio de la Bolsa y la Grand Place entre otros lugares. Además, ese día tuvimos una cena muy especial y celebramos el cumpleaños de Paula, alumna de 1º de BAC.
Atravesado el ecuador de nuestro Viaje de Estudios, nos trasladamos a Brujas, tercera ciudad en tres días: llevamos un ritmo imparable. Conocimos el Beaterio, la Catedral de San Salvador, el Muelle del Rosario, el Puente de San Bonifacio, el Molino de San Juan, Gentport, Kruisport, la Plaza del Mercado, el Ayuntamiento, la Basílica de la Santa Sangre y la Plaza de Burg. Tuvimos también ocasión de visitar a la Virgen en Nuestra Señora de Brujas, donde le pedimos por nuestras familias y por el Colegio.
Y llegamos al último día de nuestra estancia, último paseo por Bruselas. Parecía que todo se acababa, pero en realidad las grandes experiencias se guardan para siempre en la retina y en el corazón. Pudimos ver varias iglesias góticas y recorrer algunas calles más, que todavía no conocíamos. Pero sin duda, la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula fue lo que nos dejó sin palabras: imponente. También estuvimos en el parque de Petit du Sablon un bonito rincón en medio de la gran ciudad. Es posible que nos faltaran aún algunos lugares por conocer y visitar, pero, como dicen los grandes viajeros, siempre hay que dejarse algo para volver.
Por el momento, ¡vamos calentando motores para Roma 2021, en el marco del décimo aniversario de nuestro colegio… allí estaremos!
