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Normalmente es al revés: el Colegio quiere ser una prolongación de los hogares de nuestras familias. Pero la situación actual nos lleva a invertir los términos… Desde el principio, el Colegio ha optado por un acompañamiento personalizado «a distancia», más que por una modalidad «on line» (eran las dos alternativas que ofrecían las autoridades, siempre que fuera posible), porque se ajusta mejor a las circunstancias de todos y responde mejor a nuestra educación integral y personalizada.
Lógicamente, esto depende de las edades diversas de los alumnos en cada Etapa. Por ejemplo en Infantil, los más pequeños del Colegio siguen demostrando y, ahora más que nunca, que son sólo pequeños de tamaño porque como personas son gigantes. Siguen trabajando todo lo que sus profes les proponen en la distancia, están demostrando estar a la altura de las circunstancias y, a pesar de no poder salir de casa, siempre tienen una sonrisa en la cara para alegrar a todo aquel que esté cerca. Solidaridad, esfuerzo, constancia, cariño, responsabilidad, autonomía son algunos de los valores que se están desarrollando estos días en las casas de todos los alumnos más pequeños del Colegio.
En Primaria, nuestros alumnos ya tienen edad -sobre todo a partir de 5º- para poner en marcha dos desafíos que el Colegio les ha lanzado para estos días: EDR (Establecimiento De Rutinas) y EAR (Estudio Autónomo Responsable). Los mayores de Primaria, así como los de Secundaria y Bachillerato, tienen además otro reto: la RST (la Revolución de la Solidaridad y la Ternura), que se manifiesta, sobre todo, en cómo cuidan de sus hermanos, de sus abuelos y de sus padres.
Todos rezamos por los difuntos y por los enfermos, por sus familias, por el personal sanitario y de servicio público en general. Nos unimos, también con un buen grupo de antiguos alumnos del Colegio, a rezar el ángelus a las 12 como si estuviéramos en el Colegio, pero todos juntos, en la distancia, estemos donde estemos. Y después, recitamos la oración que el Papa Francisco ha compuesto para estos días: «Oh, María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la Cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe. Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros de que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba. Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección. Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas, que estamos en la prueba, y libéranos de todo pecado, oh Virgen gloriosa y bendita”.
Estamos en la primera semana de suspensión temporal de las actividades presenciales docentes y en el cuarto día del «Estado de Alarma» que ha decretado por nuestro bien el Gobierno de la Nación. Y estamos en casa, como nos han recomendado. No sabemos cuánto nos falta, pero seguimos unidos como siempre en la gran Familia Arenales. Y con más esperanza que nunca.
